martes, 27 de agosto de 2013

La inclusión de la diversidad en las prácticas educativas



Organizada por la Asociación Paranaense de Síndrome de Down (Aspasid), tuvo lugar la I Jornada Provincial de Educación Inclusiva que convocó a cientos de docentes, directivos y padres interesados en construir una escuela para todos y todas.
A juzgar por la cantidad de docentes, directivos y padres que participaron de la I Jornada Provincial de Educación Inclusiva Construyendo una Escuela para Todos, con Todos, había necesidad de encontrarse, compartir inquietudes y experiencias, debatir sobre discapacidad, inclusión, diversidad. 
El salón del primer piso del Maran Suites & Towers, estaba repleto. Estaban ahí, convocados por la necesidad de «escuchar otras voces, nuevas perspectivas», tal como sintetizó la presidenta de Organizada por la Asociación Paranaense de Síndrome de Down (Aspasid), Beatriz Arbasetti, en la apertura del encuentro. 
«Nadie es si se prohíbe que otros sean, ha escrito el maestro Paulo Freire. Esta condición es la que viene a habilitar la Convención Internacional de los Derechos de las personas con discapacidad cuando pone en escena a sujetos singulares a quienes muy pocas veces se habían atribuido conceptos virtuosos como la dignidad, la autoestima, los derechos humanos», destacó Arbasetti al tiempo que marcó la necesidad de poner en marcha «necesarias adecuaciones, herramientas múltiples y operaciones innovadoras», al interior de las escuelas. 
La jornada reunió por la mañana, a especialistas como Norma Barbagelata, Alicia Ligabue, quienes disertaron sobre «La cultura de la diversidad», Agustina Palacios y Emiliano Naranjo, que hablaron de «Educación inclusiva, un compromiso político-social con implicancia económica». Por la tarde, se escucharon diversas experiencias de integración y se abrieron espacios para el intercambio de ideas. 
Cultura
Antes de su exposición, EL DIARIO conversó un momento con la licenciada en Filosofía y psicóloga Norma Barbagelata. «La idea de cultura de la diversidad implica poder producir un desvío respecto de lo que la modernidad generó como aplastamiento respecto de la diversidad. La modernidad con la idea de igualdad produjo una enorme homogeneización y un empuje muy fuerte hacia lo que tenía que ver con monoculturas y equivalencias, en el sentido de repetición de lo mismo y esto no ha sido sin consecuencias», sostuvo la profesional.
En ese sentido agregó: «Hay algo en el encuentro con la diferencia que es por un lado peligroso y al mismo tiempo enriquecedor. Y cuando a la diferencia la enmas-carás, la enmudecés o pretendés dominarla o reprimirla, emerge de otros modos, violentamente, en los lugares más impensados. Entonces, volver a advertir la importancia de darle lugar a lo diverso, diferente, es rectificar algo de lo que esta marcha homogeneizadora ha producido», indicó. 
«Las realidades de las escuelas, de la cultura en general e incluso de la vida de las personas, se observan claros indicios de una modificación, cambios. Si pensamos los modos en que la vida de nuestros abuelos estaba reglamentada y serializada, hoy se advierte mayor libertad y más lugar para la diferencia y la singularidad, lo que no quiere decir que no acarrea al mismo tiempo, nuevas dificultades como un aumento de la angustia y modos de la violencia y la conflictividad desconocidos», remarcó Barbagelata.